"Hace muchos años, los hermanos Grimm, el señor Anderson, monsieur Perrault y otros muchos se dedicaron a escribir cuentos. Eran relatos llenos de inspiración que solían contar historias de niños imaginarios en situaciones imaginarias para que los papás se los leyeran a otros niños en la vida real. Trataban de enanitos, de brujas malvadas, de niños perdidos en el bosque, de hadas, de príncipes y de princesas. Y todos ellos tuvieron una denominación común <<Cuentos de hadas>>. Fueron tan importantes para generaciones enteras que en el siglo XXI, son pocos los niños que no las conocen. Hace tiempo que los padres no sulene leérselos a sus hijos, pero hay una especie de magia en el aire que entra por las cabecitas de los más pequeños y que les hace reconocer inmediatamente que si se habla de la casita de chocolate ahí estarán Hansel y Gretel, y que si en la más extraña situación escuchan el nombre de Caperucita Roja, inmediatamente verán los dientes enorme del lobo. Esto es así, y así será, afortunadamente, durante muchos, muchos años. Solo un pequeños problema podríamos encontrar en tan hermosas narraciones. Hoy no se habla como se hablaba en aquellos siglos. El idioma ha ido evolucionando y los ejemplos - a los que tan aficionados eran los señores que los escribían - Ya no son los mismos. Hoy en dia las princesas no utilizan las misma expresiones que entonces y el narrador actual debe hacer comparaciones que, respetando las formas clásicas, resulten mucho más familiares para los nuevos lectores. U oyente, que también sería estupendo rescatar la magnifica costumbre de que papá o mamá leyeran un cuento a los niños cuando estén acostados, antes de dormir y empezar a soñar."
Introducción de la colección "Mil y un cuentos para contar al acostarse"
De la editorial LIBISA.
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